domingo, 14 de octubre de 2007

fer

por marcela lopez sastre

Mujeres: hacedoras de cultura Nuestra función como mujeres, desde el origen, ha sido trascender a partir de nuestra capacidad innata de transmitir valores, idiomas, artes y cultura. Nuestro reflejo como hacedoras de cultura es un legado a generaciones futuras que espontáneamente reciben nuestro legado. La herencia recorre cada guiño, cada palabra, cada pensamiento que en lo cotidiano se repite haciéndose reflejo concreto de nuestros propios gestos. Carolina Ferrero, diseñadora y fotógrafa, ha registrado la función femenina como acto creador. Buscando aquellas mujeres que de espacios pequeños originan mundos, convirtiendo lo que tocan en actos personales de clara afirmación respecto a la vitalidad de lo trivial que por convicción y repetición fundamenta los más solidos cimientos del futuro. El registro de mujeres anónimas, cercanas a la autora, comenzó hace cuatro años con una serie de retratos producidos con objetos que hacen a al construcción de sus personalidades. Detalles que en conjunto hablaban de su postura respecto a la feminidad, al contexto, a su actitud frente a ellas mismas. Entonces éste registro también indagó a cerca de los sentidos: la vista, el oído, el gusto, el olfato y el tacto; en cada toma uno de ellos era vedado, agregando información sobre la forma de cada una de ellas para vincularse con el mundo. El hilo conector fue entonces lo sensorial como punto inicial de acercamiento a éstas mujeres, cada uno de nuestros sentidos nos capacita a un tipo de conocimiento específico y Carolina observó a sus referentes, definiendo que camino tomaban para interpretar al mundo, coartando ésta vía las define y las instala en un escenario casi onírico establecido para ser habita por ellas. Hay aquí otro conocimiento, el de la mujer que recorre a sus pares con la lente, aprendiendo a su vez como éstas a partir de hacedoras pasadas han aprendido a ver, oler, tocar, degustar y escuchar. Transmisión de sentido que se propaga desde lo concreto a lo sutil, desde lo palpable a lo inasible que hace a nuestra personalidad. Luego de ésta serie de retratos Ferrero deja lo artificioso de la imagen para ir más allá y encontrar a otra mujeres, otro circulo de pares, que ésta vez dialogan con el mundo desde su arte. Mujeres artistas, otra serie de retratos que las sitúa en un espacio verde, neutral donde sólo podemos concentrar nuestra atención sobre su actividad artística. Aquí las artes son las que reflejan un modo de vida y una actitud frente al contexto, son artesanas de su propio día a día. Estas mujeres viven en un pequeño pueblo donde no hay mucha actividad, de alguna manera son referentes del arte en su espacio. Éste pueblo puede ser cualquier pueblo, éste campo puede ser cualquier campo y estas mujeres identifican a otras tantas que en cada zona alejada de las grandes ciudades, aplicadas y persistentes, sostienen y reivindican la vitalidad del arte.

belen

olivia

ana

leo

laura

nuria

manuela

katila